Pues depende. Las galletas pueden ser apropiadas para niños, jóvenes y deportistas, ya que su carga energética es muy alta, y tienen un alto porcentaje de hidratos de carbono. Pero también tienen mucha grasa, y hay que tener cuidado con la presencia de grasas saturadas, ya que en esto, no todas las galletas son iguales.
Para la población adulta las galletas no son la mejor opción para el desayuno de todos los días, aunque sí se pueden tomar ocasionalmente. ¿La razón? Las galletas tienen un contenido en grasas altísimo, por lo que resultan alimentos prohibidos para quien busque adelgazar. Además, frente a lo que se pueda pensar, no aportan demasiado fibra, ya que al tratarse de un producto realizado con harina refinada, la fibra se ha perdido. También llevan demasiado azúcar (como era esperable) y sal (esto es más sorprendente, pero los niveles son muy altos).
Pero si aún así uno quiere tomar galletas con leche lo mejor es optar por las galletas de toda la vida: las maria. En comparación con otras galletas tienen menos grasa y más hidratos y proteínas. También tienen menos azúcar y su cantidad de fibra se encuentra entre los mayores. Otra opción bastante sana son las galletas tostadas de Petit del Rio, con un contenido superior en fibra y también muy bajas en grasas.
Si comparamos con otras opciones dulces, debes de saber que las galletas básicas La Buena María se sitúan a la altura nutricional de las magdalenas (si bien las magdalenas tienen más grasa, tienen menos saturada). El resto de las galletas son claramente menos sanas que las magdalenas y se podrían comparar con cruasanes y sobaos, productos que casi ninguno de nosotros elegiríamos para el día a día.
Vía: Consumer
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