Búsqueda personalizada

domingo, 21 de noviembre de 2010

Cómo controlar el hambre

Ya lo hemos hablado muchas veces, lo peor de la dieta no es comer sano, si no tener que controlarse cuando a uno le apetece picotear.

Lo primero es tener claro si lo que sientes es hambre real (necesitas ingerir algo) o hambre ficticia (el estrés, las ganas de hacer algo o el mal humor te llevan a comer desmesuradamente). Si sólo tienes ganas de tomar un tipo de alimento (sólo chocolate, por ejemplo) lo más probable es que NO tengas hambre real.

En todo caso, para que puedas llevar tu dieta a buen puerto necesitas unos hábitos que te hagan más sencillo eso de controlar tu apetito. Aquí te dejo algunas pautas para conseguirlo.

Lo primero es la motivación, eso está claro. Si realmente quieres adelgazar o comer más sano, te será más fácil introducir estos hábitos para controlar tus ansias de comer. Pero, ¿qué hábitos son esos?

  • Come cinco veces al día. Llegarás a cada comida con menos hambre, y te será más fácil controlar las cantidades.
  • Picotea sano. Lo que tomes a media mañana o media tarde debe ser también sano y nutritivo: fruta, un minibocadillo, un yogur desnatado…olvídate de snacks salados y bollería industrial.
  • Mastica despacio. Así a tu cuerpo le dará tiempo para decirte: “ey, ya estoy lleno”, antes de que sea demasiado tarde.
  • No hagas nada mientras comas. Ni ver la tele, ni trabajar, ni leer (hablar puedes, sí, sino tu familia quizá se lo tome un poco mal. Estar centrada en lo que comes te hará más consciente de las cantidades.
  • Come siempre en el mismo sitio, idealmente en la mesa de la cocina, así, cuando estés en cualquier otro sitio no lo relacionarás con comida.
  • Sírvete tu ración en el plato y aleja la comida. Parece una tontería, pero cuanto más alejas la tentación, menos probable es que caigas en ella. En la misma lógica, coloca chocolates y chucherías (esto último mejor si no hay en casa) en el último estante de la despensa, ese al que solo llegas subiéndote a una silla.
  • Sírvete la comida en plato de postre. Los platos grandes provocan que los queramos llenar, pues visualmente creemos que hay menos comida de la que hay.

Hacer dieta

Cuando uno hace dieta, normalmente lo que busca es bajar esos “kilitos de más”. Sin embargo, debería aprovecharse ese momento para comenzar una dieta sana y equilibrada, no con el objetivo de adelgazar, sino para aprender a comer de forma correcta, lo que repercutiría positivamente en nuestra salud y figura.

Y probablemente tú creas que no necesitas aprender a comer de forma correcta, que ya lo sabes. Entonces…¿por qué no lo llevas a cabo?

Lo primero que debes hacer antes de ponerte a dieta es hablar con un médico, especialmente si tu sobrepeso es pronunciado. Solo él te puede informar de tus necesidades reales y de los riesgos de continuar con una mala alimentación. Por lo demás, cambiar los hábitos de alimentación no es complicado, pero hace falta evitar algunos errores que hacen que la dieta no sirva para nada.

1. Saltarte comidas

Este es un error básico cuando se quiere adelgazar, una cosa es que cenes ligero un día que hayas comido mucho, y otra muy distinta es que te vayas a la cama sin probar bocado. Peor todavía es renunciar a desayunar. Y es que estas prácticas que crees que restan calorías a tu alimentación diaria, en realidad provocan que engordes a largo plazo.

Por un lado, llegas a la comida siguiente con tanta hambre que te cuesta contenerte, y por el otro, tu cuerpo, precavido, opta por quemar menos grasa ante la escasez de calorías. ¿Lo ideal? Comer poco cinco veces al día.

2. Eliminar grupos de alimentos.

Puede que sean las grasas o los hidratos de carbono, hay dietas que demonizan unos grupos sobre otros, restringiendo severamente tu absorción de determinados nutrientes. La mejor dieta es la que respeta un reparto equilibrado, a saber: 60% de hidratos de carbono, 15% de proteínas y 25% de grasas.

3. Ponerte a dieta solo para ocasiones especiales

Ya sea una boda, una competición deportiva o que ha llegado el verano, provocar bajadas drásticas de peso a cortoplazo -para después volver a engordar- dificulta muchísimo la posibilidad de llevar una dieta equilibrada a largo plazo y de mantener, por lo tanto, el peso ideal.

4. Tomar laxantes, diuréticos y píldoras que disminuyen el apetito sin prescripción médica.

Los laxantes y diuréticos no se inventaron para perder peso, y abusar de ellos solo conducirá a una incorrecta absorción de los nutrientes de los alimentos. Por otro lado, las píldoras para quitar el hambre nunca deberían ser usadas sin preguntar antes a un médico, incluso aquellas que se anuncian como naturales. Pueden tener contraindicaci0nes que desconozcas.

5. Llevar una vida sedentaria

Acostumbrar al cuerpo a no trabajar es lo peor que puedes hacer en una dieta, pues la restricción calórica debe acompañarse de un aumento del gasto energético para ser más eficaz. Trata de encontrar al menos media hora diaria para hacer deporte, e introduce actividades que exijan más movimiento en tu vida diaria.

6. Preparar siempre los mismos platos (que además resultan insípidos).

Comer de dieta no exige dejar de disfrutar con la comida, el objetivo es disfrutar de ella pero sin descontrolarte y acabar comiendo más de lo que necesitas. Para poder mantener una dieta en el tiempo, debes estar mínimamente satisfech@ con lo que comes, para poder sobrellevar las tentaciones de los dulces y otras comidas calóricas. Busca platos ligeros, pero originales y sabrosos.

7. Abusar de los productos light

Utilizar productos light para sustituir a los que tomabas es una buena idea… siempre y cuando eso no te haga comer más. Parece una tontería, pero al saber que estamos ante un producto light nos relajamos y pensamos que no engordará tanto. Lo cierto es que el consumo de alimentos light provoca un aumento en la cantidad de producto consumido, con lo que borramos sus beneficios. ¡Sigue comiendo las mismas cantidades!


Vía: Demujer

No hay comentarios:

Publicar un comentario