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viernes, 25 de octubre de 2013

La manzana, una gran fuente de salud



Una enfermedad como el cáncer tiene multitud de implicaciones y de factores que pueden influir en su aparición. Pero también hay determinados factores relacionados con el estilo de vida que pueden ayudar a prevenirlo, como te hemos contado en más de una ocasión. Y un papel fundamental es el de la alimentación. Pues podríamos decir que si hay un alimento ‘top’ en este sentido, ése puede ser la manzana.

Investigadores del Instituto Mario Negri de Milán decidieron dar un giro al clásico refrán inglés para preguntarse si “An apple a day keeps the oncologyst away?” ("¿una manzana al día mantiene al oncólogo alejado?"). Y la respuesta, tras una década de estudio sobre casi 15.000 personas, es que sí: la ingesta regular de al menos una manzana al día reduce significativamente la probabilidad de desarrollar tumores causados por varios tipos de cáncer según los resultados de este estudio.

Del total de los 14.838 pacientes que formaron parte de esta investigación, la mitad consumía una o más manzanas al día mientras que el resto no consumía ninguna. Y se tuvieron en cuenta factores como la edad, sexo, educación, índice de masa corporal y actividad física junto al consumo de tabaco, alcohol y vegetales. El contraste de los datos recogidos ha arrojado los siguientes resultados: el riesgo de desarrollar un tumor entre los consumidores de manzana se vio disminuido un 25% para el cáncer de esófago, un 21% para el cáncer bucal, un 20% para el cáncer de colon-recto, un 18% para el cáncer de mama, un 15% para el ovárico y un 9% para el de próstata.

Cóctel de sustancias beneficiosas
Así pues, se ha demostrado una relación inversa entre el consumo de manzana y el riesgo de padecer varios tipos de cáncer, confirmándose que a mayor consumo, se presenta un menor riesgo. Esto se debe, en gran parte, a que esta fruta es la principal fuente de dos potentes sustancias que protegen frente a la oxidación: los flavonoides inhiben el crecimiento de las células cancerosas mientras que las proantocianidinas modulan la función inmunitaria y la activación plaquetaria. Así, la combinación de ambos antioxidantes hace de la manzana un alimento que, entre otros muchos beneficios para el organismo, posee un alto potencial en la prevención de dolencias cancerígenas.

Cómo aprovechar mejor los beneficios de la manzana
-Para extraerle el máximo partido antioxidante a las manzanas, se aconseja lavarlas bien y consumirlas sin pelar, aprovechando todos sus nutrientes, ya que los flavonoides (sustancias que intervienen en la coloración de algunas flores, frutos y plantas) se presentan con una mayor concentración en la piel de esta fruta y justo debajo, en la capa más externa de su pulpa.

-Otro factor a tener en cuenta para que el consumo de la manzana tenga, efectivamente, un papel protector frente a dolencias cancerígenas es la regularidad. La investigación llevada a cabo por el Instituto Mario Negri demuestra cómo los resultados son significativos para aquellos que toman una o más manzanas al día. Es decir, que es importante que la ingesta de esta fruta se convierta en un hábito.

-Para aquellos que no suelen tomar postre o que prefieren optar por lácteos o dulces, cabe señalar que el hábito de tomar una manzana al día puede instaurarse en cualquier momento de la jornada. Val Venosta recomienda tomarla como un tentempié saludable, que puede tomarse a media mañana o por la tarde, permitiéndonos aguantar hasta la comida o la cena con el apetito más calmado. Esto, además, nos ayudará a evitar los excesos que se comenten al llegar hambriento a la mesa y que no suelen sentarle bien a nuestro organismo.

-Otra recomendación, precisamente por su potencial preventivo frente al cáncer y otras dolencias, es que la costumbre de comer manzanas diariamente se adquiera desde la infancia. Muchos niños se muestran reacios a la fruta porque, habitualmente, se les ofrece después de las comidas, cuando ya están saciados o prefieren escoger otro tipo de postres que les resultan más atractivos. Para despertar el interés de los pequeños, en ocasiones es necesario variar estas costumbres. Val Venosta aconseja ofrecer una manzana a los niños tras una sesión de actividad física. Al estar compuesta en un 85% por agua, calmará su sed y el apetito que puede habérseles despertado de manera más nutritiva que los refrescos y la bollería.

-Para luchar contra el rechazo inicial que pueden mostrar algunos pequeños, conviene que el tamaño de la manzana sea proporcional al del niño. Otra estrategia es ofrecérsela troceada en cubitos o cortada a rodajas para que comerla con las manos le resulte entretenido y le otorgue cierta sensación de autonomía.

-Es importante recordar que, a diferencia de lo que ocurre con otros alimentos que también presentan sustancias antioxidantes, en la manzana su presencia prácticamente no varía si la tomamos fresca, guisada o al horno. Por lo que Val Venosta propone tomar regularmente manzana asada como postre o incluirla como guarnición en guisos, ensaladas y menestras para ir creando el hábito. Esta opción puede ayudarnos a aligerar menús más contundentes y dar un nuevo toque nuestros platos.



Los hábitos posturales, importantes también para tu vista



Día tras día, muchas personas se ven obligadas a forzar su vista. Horas delante del ordenador que traen como consecuencia fatiga y molestias visuales. Por este motivo, el Instituto Varilux nos recomienda prestar atención a la manera en la que nos colocamos para trabajar frente al ordenador , pero también en nuestros ratos de ocio, por ejemplo cuando leemos o escribimos. Útiles consejos que, sin duda, pueden venirte bien.

Cuando usas el ordenador
Si pasas más de una hora frente al ordenador o trabajas de forma asidua con él, Instituto Varilux aconseja tener en cuenta que:

• La pantalla debe ser orientable, inclinable, estar a una distancia superior a 40 cm y con un ángulo de visión máximo de 40º.
• Lo mejor es que la pantalla esté a una altura similar a la de los ojos o ligeramente más baja, ya que la zona óptima de visión se sitúa entre 5º y 35º.
• Es necesario evitar reflejos molestos en el monitor y tener frente a los ojos una imagen estable, por lo que la luminosidad y el contraste se deberán poder ajustar para evitar la fatiga visual.
• Es muy importante realizar pausas de 10 minutos por cada hora de trabajo intentando mirar a lo lejos.
• El teclado ha de ser independiente de la pantalla, también inclinable y ubicado a una distancia desde donde los símbolos sean legibles.

También al leer y escribir
Los expertos nos apuntan que no sólo hay que tener una buena ergonomía visual cuando estamos frente al ordenador, sino que también es importarte asegurarse de cumplir varios requisitos a la hora de leer o escribir.

• La mesa debe tener una inclinación de unos 20º, para que el cuerpo esté más relajado y la tensión visual sea menor. Si es preciso, puedes ayudarte de un atril y no olvidar que el escritorio debe estar delante de una ventana o de un espacio abierto.
• Sin duda, la iluminación es un factor esencial para el cuidado de la vista, y por ello es importante disponer de dos luces en el lugar de trabajo: una procedente del techo y otra que enfoque directamente sobre el documento, nunca directamente a los ojos.
• Además, la luz de la mesa debe estar situada a la izquierda en el caso de las personas diestras, y a la derecha en el caso de las zurdas. Y mientras haya luz natural suficiente, aprovecha esta luz y evita encender otra fuente de luz artificial. • Instituto Varilux, además, aconseja que la distancia entre los ojos y el papel esté entre 30 cm y 40 cm (distancia semejante a la que hay entre el codo y el dedo índice), y que se hagan paradas de dos minutos cada 30 minutos de estudio. Este breve descanso evitará que aparezca un exceso de tensión en los músculos oculares que podría producir una miopía temporal.
• Y por último, y tal vez complicado de cumplir en el caso de los estudiantes, no leer o estudiar cuando se está demasiado cansado, a punto de dormirse ni nada más levantarse por la mañana; es mejor esperar al menos una hora si es posible.




Bruxismo y estrés, dos problemas muy unidos



Momentos de ansiedad, de estrés, de una mayor tensión emocional… Son situaciones que influyen, y mucho en la aparición de problemas como puede ser el bruxismo, o lo que es lo mismo realizar el acto involuntario de apretar o rechinar los dientes. Y precisamente vivimos momentos que no son fáciles para muchas familias, que ven cómo su situación económica o laboral es complicada. Es ahí cuando, según los expertos, las posibilidades de sufrir bruxismo aumentan de forma significativa dado que dichas circunstancias crean inseguridad y estrés en la persona.

Sin diagnóstico
Algunos estudios concretan que, aunque es una patología que no está claramente definida, sí se ha constatado que en muchos casos no está diagnosticada. Por ello, se puede incidir en que entre un 5% y un 20% de la población sufre bruxismo y, de ellos, sólo están diagnosticados alrededor de un 20% o un 30%.

¿Se puede prevenir?
“El bruxismo, al ser un acto involuntario, es difícil de prevenir, por ello, es importante acudir a las revisiones periódicas para lograr un diagnóstico precoz y evitar posibles efectos secundarios”, apunta Antonio Giménez, médico odontólogo de los Centros Dental Milenium de Sanitas.

¿Cuáles son los síntomas?
Lo cierto es que no siempre hay un patrón común en lo que respecta a los síntomas pero, en general, las personas que padecen bruxismo pueden tener determinados problemas asociados con esta patología, como pueden ser: dolor en mandíbula, dolor de oído, sensibilidad dental, cefaleas, rigidez muscular, pérdida de dientes, problemas en la articulación temporomandibular y problemas en el periodonto (los tejidos que rodean y soportan los dientes).

¿Hay solución?
Las consecuencias del bruxismo pueden estar determinadas por el tratamiento más o menos temprano que se haga. Lo más importante, tal y como incide el doctor Giménez, es hacer un buen estudio para descubrir que el problema viene del hábito bruxista. Con el fin de combatir esta patología, lo más habitual es utilizar una férula de descarga para proteger los dientes de la presión que se ejerce al apretar. Para aquellos casos en los que el factor clave sea algún trastorno psicológico como la ansiedad, Giménez recomienda aprender técnicas de relajación que ayuden a la persona a sobrellevar el estrés. Como complemento, también aconseja establecer hábitos con los que se consiga dormir mejor como ducharse antes de dormir, no hacer ejercicio antes de ir a la cama o evitar el café y el alcohol antes de acostarse.


Fuente hola.com/salud

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